La Regla de Oro
Ámense los unos a los otro
Escritura: Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. Lucas 6:31 (NVI)
¿En qué piensan cuando ven un corazón? (Enseñe el corazón). La mayoría de nosotros probablemente diríamos que cuando vemos un corazón, pensamos en amor. ¿A quién amas? ¿Amas a tus padres? ¿Amas a tu hermano o hermana? ¿Qué de tu mejor amigo? ¿Amas a tu maestro/a? Es fácil amar a esas personas porque ellos nos aman también.
¿Hay algunos chicos/as que se portan mal contigo a la hora del recreo? ¿Ha habido alguno que haya dicho algo de ti que no es cierto? ¿Amas a esos muchachos/as? ¿Es que realmente se espera que amemos a personas que se portan mal con nosotros, que nos tratan mal y dicen cosas feas de nosotros? Bueno, escuchemos lo que Jesús dijo que debiéramos hacer.
Un día Jesús estaba enseñando en un monte. Llamamos su lección de ese día "El sermón del monte". En su sermón Jesús dijo algunas cosas que realmente sorprendieron a los que le estaban escuchando. “Ustedes han oído que deben amar al prójimo y odiar al enemigo", dijo Jesús, "pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y si algunos se están portando mal con ustedes, oren por ellos".
¿Por qué debemos amar a nuestros enemigos? Jesús les dijo que cuando amamos a nuestros enemigos, estamos comportándonos como hijos de Dios. Si sólo amamos a los que nos aman, ¿nos recompensará Dios por eso? Si sólo tratamos bien a nuestros amigos, ¿qué diferentes seremos de los demás? ¡Todos hacen eso!
No es fácil el amar a nuestros enemigos, pero hay algunas buenas razones para hacerlo:
Demuestra el amor de Dios a los demás.
Es un buen ejemplo para seguir por otros.
Transforma a los enemigos en amigos.
Padre amado, es fácil amar a aquellos que nos aman. Ayúdanos a amar nuestros enemigos para que ellos puedan saber que somos tus hijos. En el nombre de Jesús oramos.
Amén.