La luz del mundo
Jesús es la única luz verdadera.
Escruitura: Juan 1-6-8, 19-28
Versículo clave: "Vino un hombre llamado Juan. Dios lo envió como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran. Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz" (Juan 1:6-8-NVI).
Nuestra lectura bíblica de hoy nos dice que Dios envió a un hombre, Juan el Bautista, a compartir acerca la luz para que todos pudieran creer. Juan no era la luz, solo vino a hablarle a otros sobre la luz. ¿Quién era la luz de la cual estaba hablando Juan? (Espere la contestación). Así es, era Jesús. La única y verdadera luz que alumbra a todos.
Hay un himno que nos habla acerca de esa luz: Jesús es la luz del mundo.
El mundo perdido en pecado se vio Jesús es la luz del mundo. Mas en las tinieblas su gloria brilló
Jesús es la luz del mundo. Ven a la luz, no quieras perder Gozo perfecto al amanecer. Yo ciego fui, mas ya puedo ver,
Jesús es la luz del mundo.
En este tiempo del año, vemos luces por doquier que nos recuerdan la llegada de la luz verdadera a la cual Juan se refería. Hay árboles adornados con luces, calles engalanadas con luces y casas luciendo sus techos. De hecho, una de las actividades favoritas de la época es pasear en carro disfrutando de las decoraciones hechas con las luces. En la iglesia cada Domingo de Adviento prendemos velas en la corona de Adviento.
Me pregunto ¿cuántos de nosotros recordarán que las luces de esta época son un símbolo de la Luz Verdadera, Jesús, quien trajo luz a las tinieblas de este mundo? Mientras prendemos las luces en nuestra corona de Adviento, las cuatro velas nos recuerdan que Jesús trajo esperanza, amor, gozo y paz al mundo. Es cierto, "El mundo perdido en pecado se vio. Jesús es la luz del mundo."
Oremos:
Padre nuestro, en este tercer Domingo de Adviento, prendimos la vela que simboliza el gozo que Jesús trae. Permite que cada uno de nosotros lleguemos a conocer el gozo que Jesús, la Luz del mundo, trae. En su nombre oramos. Amén.